Son ricos, famosos, elegantes, influyentes, apasionados, impactantes, luchadores. Tienen una historia de vida singular, por ser supervivientes o emprendedoras, ricas herederas o exiliadas, rebeldes o buscavidas, estudiosas o vanguardistas, visionarias o contestatarias. Su vida nos resulta privilegiada, en ocasiones cargada de esfuerzo, de sueños o de provocación y, por ello, no exenta de polémica, de radicalidad o de falta de autoestima.
Sus nombres, sus rostros, sus actividades, su trayectoria, sus relaciones, sus orígenes, sus amoríos, sus casas, sus causas solidarias… todo es interesante, llamativo y salen en los medios de comunicación. Las personas que han alcanzado notoriedad social y popularidad extrema tienen infinidad de argumentos para escribir una biografía personal. Quizás por eso cada vez es más frecuente que las denominadas “celebrities” decidan publicar su autobiografía, ayudadas de firmas editoriales que les facilitan la redacción, la revisión y el lanzamiento público del texto definitivo y autorizado. Otras personas buscan servicios para escribir el libro de una vida.
Por muchas y variadas cuestiones, las autobiografías de las personas famosas, de las celebridades, se presentan con títulos que no siempre aparentan ser una biografía. Así pues, encontramos biografías escritas a modo de libro de memorias, como una carta postrera, siguiendo la estructura de un diario o con el aspecto de un documento excepcional de testimonios íntimos. Todas esas maneras demuestran que la naturaleza de la autobiografía en general y de la autobiografía de las “celebrities” en particular siempre es interesante; a menudo, muy atractiva y, en ocasiones, incluso resulta ejemplarizante.
Los ejemplos de autobiografías de celebridades y personajes de gran popularidad o notoriedad social son innumerables y demuestran que la autobiografía es un género literario apreciado desde antiguo, que ha cautivado y sigue cautivando a personalidades de toda época y condición: desde compositores, escritores, artistas, guionistas y críticos literarios; pasando por científicos, gobernantes, académicos, militares, periodistas, inventores, médicos y cirujanos; o deportistas, industriales, financieros, aristócratas, top model, aventureros y cómicos. Pensemos en Anna Frank, Sara Montiel, El Lute, Boris Izaguirre, Antonio Gala, Charles Darwing, Orson Wells, Kafka, Nelson Mandela, Stephen Hawking, José María Aznar, Charles Chaplin, Margaret Thatcher, Marlon Brando, Andre Agassi, Fernando Aramburu, Vargas Llosa, Bernd Schuster…
Desde la perspectiva de los espectadores, de los admiradores, de los seguidores, incluso de los representantes, gestores y productores, la autobiografía de una persona o de una destacada personalidad resulta atractiva y genera curiosidad porque da a conocer cuestiones a veces ignoradas que se comparten a través del libro de una vida; otras veces, la autobiografía destapa aspectos privados y demasiado íntimos, que contienen experiencias dolorosas y amargas; en ocasiones, pone de manifiesto detalles de un estilo de vida bastante común y rutinario para la mayoría de las personas, pero que en la que se trasluce la autocrítica y la necesidad de renovación personal; y de vez en cuando, la autobiografía sorprende por estar salpicada de conflictos, apreturas y carencias. Incluso hay autobiografías de “celebrities” que condensan cada una de estas tramas biográficas, aderezadas con escándalos, excesos o excentricidades.
Así analizado, el tema de las autobiografías de las personas que son populares genera negocio en el sector editorial, sacia la natural curiosidad humana y humaniza a las personas famosas. Aunque es muy frecuente descubrir que las autobiografías de los famosos son una estupenda manera de conocer el momento histórico que les tocó vivir y nos sirve como referente sociológico y cultural, porque “después de todo, la vida es como uno la cuenta”.